Microsoft ha vuelto a caer esta vez bajo las manos de los abogados del gran abominable hombre de las nieves (¿?) Google.
Resumiendo, Google se quejo que Windows Vista era anti-competitivo y Microsoft cayó bajo los brazos del grande (ah, que no era al revés? Bueno da igual, si así queda bien!) y acepto cambiar parte de su Sistema operativo.
Específicamente se trataba de que el sistema operativo de Microsoft estaba diseñado para hacer la vida imposible a cualquier usuario que intente utilizar otro buscador de archivos que no sea el del propio Microsoft, y claro Google y su Desktop Search no se querían quedar atrás, por no decir que funciona mil veces mejor que el buscador de Windows.
Y ahí está, otra batallita entre grandes que acaba perdiendo el presunto monopolio.